La expresión de
la velocidad en las reacciones puede escribirse como producto de un factor dependiente de la
temperatura por otro dependiente de la composición.
velocidad= f1(temperatura) f2(composición) velocidad= Kf2 (composición) |
Para la mayoría de estas reacciones químicas se ha
encontrado que el factor dependiente de la temperatura se ajusta a la ecuación
de Arrhenius
Ec. 3.1
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donde K0 es el factor de frecuencia y Ea es
la energía de activación de la reacción. Esta expresión se ajusta bien a los
resultados experimentales en un amplio rango de temperaturas y se considera como
una primera aproximación adecuada para el estudio del efecto de la temperatura
sobre la ecuación cinética.
De la expresión anterior podemos ver que a temperatura
constante cuanto mayor es la Ea, más pequeña será la constante de velocidad y
por lo tanto más lenta será la velocidad de reacción. Por el contrario
velocidades de reacción rápida tendrán una Ea pequeña.
La expresión de Arrhenius se obtuvo originariamente a
partir de consideraciones termodinámicas. Para una reacción elemental cuyas
velocidades sean lo suficientemente rápidas y así alcanzar un equilibrio
dinámico, la ecuación de van´t Hoff enuncia que
Ec. 3.2
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En el caso de la reacción
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con K1 y K1´ siendo las constantes de velocidad directa
e inversa respectivamente. Las constantes de velocidad se relacionan entre sí
por medio de la expresión
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Ec. 3.3
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Sustituyendo la Ec. 3.3 en la Ec. 3.2 se obtiene
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Ec. 3.4
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El hecho de que la diferencia de derivadas sea igual a
sugiere la posibilidad de que cada una de estas derivadas pueda igualarse a un
término de la forma
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Ec. 3.5
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Ec. 3.6
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donde
(Ei: nivel energético)
Integrando cualquiera de las ecuaciones anteriores (Ec.
3.5 o Ec. 3.6) y haciendo que la constante de integración sea ln K0,
se obtiene un resultado en forma de la ecuación de Arrhenius
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Ec. 3.7
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Otra posible derivación de la expresión de Arrhenius
está basada en el concepto de estado de transición o activado, que es uno de los
postulados de la teoría del estado de transición que estudiaremos más adelante.
Supongamos que el producto C de la reacción
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sólo esté formado por la descomposición de una forma activada
de los reactantes A y B, a la que denominaremos (AB)*. La reacción tiene lugar
por medio de las reacciones elementales siguientes:
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Si la primera etapa es comparativamente mucho más
rápida que la segunda etapa la concentración de (AB)* la podremos expresar de la
forma
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Ec. 3.8
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donde K* es la constante de equilibrio para la
formación de (AB)*. Utilizando la Ec. 3.8, la velocidad de reacción (velocidad
de formación de C) queda dada por la velocidad de la etapa de descomposición de
primer orden
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Ec. 3.9
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Si integramos la ecuación
de van´t Hoff (Ec. 3.2), reemplazando K por K*, el resultado será
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Ec. 3.10
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siendo I la constante de integración. Combinado las Ec.
3.9 y 3.10 se obtiene
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Ec. 3.11
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Si comparamos esta última expresión con la expresión de
Arrhenius, Ec. 3.1 podemos escribir:
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Ec.3.12
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Puesto que es la energía requerida para formar el
estado activado (AB*) a partir de A y B, es la expresión de Boltzmann para la
fracción de moléculas que tienen una energía en exceso de la energía promedio.
Esto le da un significado a la energía de activación E de la ecuación de
Arrhenius. En la Fig. 3.1 se muestra que este valor es la barrera de energía que
debe superarse para formar (AB)* y finalmente el producto C.
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Fig 3.1
Si consideramos la reacción
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es de segundo orden en ambas direcciones. Para que las
moléculas de H2 y I2 reaccionen dando IH, es necesario que antes choquen. Una
cierta fracción de estas moléculas adquirirá la energía de activación suficiente
y formará moléculas activadas, que en este caso serán de la forma indicada por
la Fig. 3.2. En la misma figura se indica la naturaleza indefinida de los
enlaces del complejo activado por medio de lineas de puntos. En esta situación
el complejo activado puede dar lugar a productos o bien se pueden formar de
nuevo los reactivos de partida.
La teoría de Arrhenius es el primer paso para dar una
interpretación molecular de los procesos que ocurren en una reacción química.
Sin embargo, la teoría no conduce a resultados cuantitativos, por lo que se han
desarrollado otras, que basándose en las ideas de Arrhenius, pueden predecir en
casos sencillos los resultados experimentales.
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Fig 3.2
LOGARITMOS.
El logaritmo en base a de un número n, es otro número b, tal que cumple esta ecuación: ab = n.
lo que matematicamente se representa asi :
loga n = b ==> ab = n.
Supongamos que el logaritmo en base a de un numero n1 sea b1 (loga n1 = b1).
Entonces ab1 = n1.
Supongamos que el logaritmo en base a de un numero n2 sea b2 (loga n2 = b2).
Entonces ab2 = n2.
Supongamos que nos piden que calculemos el logaritmo del producto n1.n2, y digamos que es b. Si tenemos en cuenta las igualdades anteriores nos queda:
loga n1.n2 = loga ab1.ab2 = b
ab = ab1.ab2 = ab1+b2
Para que esta igualdad se cumpla b = b1 + b2, por lo tanto el logaritmo de un producto es igual a la suma de los logaritmos de los factores.
De igual manera se demostraría que el logaritmo de un cociente es la diferencia de los logaritmos del numerador y denominador, y con un poco más de trabajo que el logaritmo de una exponenciación es igual al exponente por el logaritmo de la base.
Los logaritmos se atribuyen a John Napier. Publicó su trabajo en 1614 en el libro Mirifici logarithmorum canonis descriptio (Descripción de la maravillosa regla de los logaritmos).
Napier era un terrateniente escocés (no era por lo tanto, un profesional de las matemáticas).
Napier seguramente estudió las sucesiones de las potencias de un número y se percató que los productos y cocientes de dos números de dichas sucesiones son iguales a las potencias de las sumas o diferencias de los exponentes de dichos números (an.am = a(n+m)). Pero estas sucesiones no resultaban útiles para el cálculo porque entre dos potencias sucesivas había un hueco muy grande y la interpolación que había que hacer era muy imprecisa.
Para conseguir que los términos de la progresión geométrica formada por las potencias enteras de un número estuviesen próximas, tomó un número muy próximo a 1 (Napier tomó el número 0,9999999 = 1- 10-7). Para evitar el uso de decimales multiplicó todas las potencias por 107. Entonces cualquier número a = 107(1-10-7)b . b sería el logaritmo de a.
Napier llamó al principio a estos número artificiales, pero mas tarde se decidió por la unión de dos palabras griegas logos (razón) y arithmos (número).
Este sistema de cálculo fue aceptado con gran rapidez. Entre los mas entusiastas estaba Henry Briggs. Briggs visitó a Napier en 1615 y entre los dos vieron la posibilidad de hacer algunas modificaciones.
Briggs, en vez de tomar un número muy próximo a 1, partió de la igualdad log 10 = 1 y después fue calculando los logaritmos de las raíces sucesivas de 10:
Raíz | Número | Logaritmo |
101 | 10 | 1 |
101/2 | 3,1622777 | 0,5 |
101/4 | 1,7782794 | 0,25 |
101/8 | 1,3335214 | 0,125 |
... | ... | ... |
101/2048 | 1,0011249 | 0,00048828 |
101/4096 | 1,0005623 | 0,00024414 |
101/8192 | 1,0002811 | 0,00012207 |
Raíz | Número |
51 | 5 |
51/2 | 2,2360680 |
51/4 | 1,4953488 |
51/8 | 1,2228445 |
... | ... |
51/2048 | 1,0007861 |
51/4096 | 1,0003930 |
51/8192 | 1,0001965 |
(x - 0,00012207) / (0,00024414 - 0,00012207) = (1,0003930 - 1,0002811) / (1,0005623 - 1,0002811).
Despejando deducimos que x = 0, 000170646. Como log 51/4096 = 1/4096 log 5 = 0, 000170646, obtenemos log 5 = 0,698966
En 1617 publicó Logarithnmorum chilias prima (Logaritmos de los números 1 al 1000) y en 1624 publicó Arithmetica logarithmica
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